La semana pasada fue una semana triste para nuestro taller, ahora que he recuperado las fuerzas escribo esta carta a nuestra querida Isabel.
Para la magnífica comadrona que cada vez que entraba por la puerta del taller tenía mil y una anécdota para contarnos de su larga y amada profesión
Fue una madre ejemplar siempre dando amor y luchando por y para sus dos hijas, que ahora la echan de menos.
A su compañero de vida, toda una vida llena de ilusiones que les llevo a realizar un montón de proyectos juntos y que les hizo llena sus vidas de maravillosas aventuras.
Para el resto de los mortales que tuvieron el honor de conocer a la gran Isabel, que durante tantos años derrochaba conocimientos, que nos llenaba de cariño, generosidad, simpatía y trabajo, cada vez que se abría la puerta del taller Albura. Una visión de lucha por la vida, siempre positiva, valiente y que le sacaba el jugo a cada momento grande o pequeño que había vivido y que le encantaba compartir con la gente que en ese momento la acompañaba.
Para esa gran mujer Isabel, mujer excepcional donde las allá. A ti compañera te dedicamos este mensaje lleno de agradecimiento y emociones.
SIEMPRE ESTARAS ENTRE NOSOTROS